domingo, 22 de julio de 2012

Mercado de carne...

Ruge el alma hambrienta de deseo,
se desgarra el aire que respira,
eterno fuego que enciende los pulmones.


Da vida a palabras zalameras,
lisonjas como presente
para la olvidada sonrisa.


Hervibora se alimenta de presentes y flores.
Enchida de tanto rumiar cumplidos
se inca en el suelo agotada.
Un animal herido, aderezado con sobervia.


Desde la playa sentado, observo
el vuelo de los pigargos andaluces.
Galanes que de noche fichan
a la entrada de los mercados de la carne 

Ayose'12 Holocausto canibal.

Volvemos a pasarnos por aquí y ejercitar un poco la mente

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